Pese al aumento de la actividad en el sector petrolero en la segunda mitad de 2013 y la amplia extensión del crédito, las restricciones fiscales y los efectos de la campaña estricta contra la mano de obra inmigrante han mantenido la demanda interna moderada, suscitando otra rebaja más en nuestro pronóstico de crecimiento saudí para 2013. Sólo esperamos una mejora gradual en 2014 y 2015, ya que el país seguramente tenga que recortar la producción de petróleo y el gasto público sigue siendo conservador. El acercamiento general a Irán plantea riesgos considerables para los intereses económicos y políticos saudíes, sobre todo porque Arabia Saudí tendrá que soportar la carga de cualquier recorte de producción si el crudo iraní (o libio) vuelve a incorporarse.
Por Rachel Ziemba.
