Aunque la recuperación renqueó un poco en la segunda mitad de 2013, la economía checa está pasando página gradualmente con una política fiscal más restrictiva, la estabilización de la eurozona y un periodo ampliado de política monetaria acomodaticia. Las elecciones anticipadas en octubre produjeron una coalición gobernante insegura de centro izquierda, que probablemente relajará el ritmo de la consolidación fiscal. El umbral del banco central checo (CNB) para la corona de 27 por cada euro ayudará a empujar la inflación hacia su objetivo del 2,0% a finales de 2014. Los repuntes del crecimiento y la inflación convencerán al CNB de descartar gradualmente su postura política acomodaticia, sentando las bases para un ciclo de subidas de tipos en el primer trimestre de 2015 (de acuerdo con las expectativas del mercado).
Por Jelena Vukotic y Jennifer Hsieh.