Los ejercicios de gestión de activos y pasivos (ALME) en la Eurozona van muy avanzados, como habíamos previsto. Los intercambios basados en el mercado dan a los países espacio para respirar, pronuncian temporalmente unas curvas ya de por sí empinadas y ofrecen beneficios rápidos a los agentes. Los canjes moderadamente en apuros o las ampliaciones del vencimiento podrían permitir que los holdouts salgan de una pieza, al contrario que en el desenlace del impago griego. Creemos que los ALME menos severos (como los canjes "par por par" vistos recientemente en Chipre y Portugal) serán más tolerantes respecto a los holdouts. No será el caso de unos recortes más importantes de activos locales (GGB, depositantes chipriotas). Los bonos de jurisdicción internacional (eurobonos o globales) parecen seguros en cualquier caso, especialmente cuando no constituyen el grueso de la deuda.
Por David Nowakowski.