Más allá de 2014, estabilizar la deuda en rápido aumento del sector público español con medidas de austeridad nos parece políticamente inviable y económicamente peligroso. Creemos que España necesitará asistencia externa continua del MEDE y el BCE. Al final, la implicación del sector oficial (redefinición del perfil o reducción) es posible, y la implicación del sector privado podría perseguirse también. A corto plazo, somos neutrales en cuanto a la deuda española pero las elecciones de finales de 2015 podrían ir precedidas y seguidas de un deterioro de las condiciones del mercado y unos diferenciales más amplios. El aumento de los tipos de interés global o una tercera recesión podrían conducir a una reestructuración de la deuda mientras el índice de deuda/PIB supera el 120% y más allá, y los déficits continúan por encima del 5%.
Por David Nowakowski.
