Aunque el congreso ha llegado a un acuerdo temporal para financiar al gobierno y subir el techo de la deuda, veremos otra ronda de política fiscal de máximo riesgo a principios de 2014. En vez de un impago automático, el fracaso de elevar el techo de la deuda antes del nuevo plazo exigiría básicamente un presupuesto equilibrado (lo que implica al menos un 5% del PIB en recortes). Si se prolonga, la austeridad hundiría a la economía en una recesión profunda, causando confusión en los mercados hasta que se alcanzase un nuevo acuerdo. El impago real sólo puede producirse por elección y probablemente no se convertiría en un caso de créditos en cascada. La venta forzada por demoras del pago o una calificación "D" de los bonos del Tesoro pinta un panorama mucho más preocupante pero los mercados no han liquidado porque esperaban que el acuerdo de última hora generase una subida brusca.
Por David Nowakowski.