El primer ministro italiano, Enrico Letta, ha presentado un presupuesto trienal de 26.500 millones de euros, destinado a reducir el déficit al 2,5% del PIB en 2014. Los 11.500 millones de euros en gastos previstos por el gobierno en 2014 quedarán cubiertos en su mayoría por una combinación de recortes del gasto local y federal (4.500 millones de euros), nuevos impuestos (1.900 millones de euros) y ventas inmobiliarias (3.200 millones de euros), aunque esto último podría ser una repetición de las operaciones dudosas (ventas de inmuebles a Cassa Depositi e Prestiti, un banco de desarrollo subvencionado por el gobierno) que se utilizaron para reducir el déficit de 2013 al 3%. Aunque el presupuesto políticamente ambicioso de Letta podría llegar a aprobarse, su principal mérito es afirmar la intención de Italia de mantener el déficit por debajo del límite del 3% del PIB. Muy pocas medidas están centradas en estimular la actividad económica (la verdadera piedra angular de la estabilidad de la deuda a largo plazo).
Por Brunello Rosa