A los bancos turcos les va a costar apoyar el crecimiento con la expansión del crédito a corto y medio plazo. Los tipos altos de interés, unas normativas más estrictas (límites de gasto más rígidos para los consumidores y requisitos obligatorios de reservas para todos los prestamistas), junto con el mayor apalancamiento apuntan, todos ellos, a una oferta menor de crédito en la economía, sobre todo para consumidores de alto riesgo y PYMES. La tendencia debilitará aún más el crecimiento y acortará los rendimientos de los activos turcos. Los bancos de Turquía parecen resistir bastante a las potenciales pérdidas gracias a unos índices fuertes de adecuación de capital (de un 16%) y altos márgenes de interés neto pero sus índices en deterioro de préstamo a depósito exponen un alto grado de dependencia en la financiación mayorista. Dado que el 75% de esos fondos están denominados en divisas, una mayor presión para la lira plantea riesgos para el sector.
Por Maya Senussi.
