El crecimiento del PIB turco en el segundo trimestre se situó en el 4,4% intertrimestral, superando nuestra previsión (3,4%) y los cálculos del consenso (3,5%), ya que las ganancias en consumo, inventarios y gasto estatal supusieron un modesto aumento inversor. El desglose de los factores del crecimiento sugiere que el balance externo turco podría ensancharse más (las exportaciones netas restaron 3 puntos porcentuales al crecimiento), exacerbando la brecha de financiación. La inversión y el consumo privado podrían encontrar vientos de cara por el aumento de la inflación y los costes más estrictos, mientras que el gasto estatal y el aprovisionamiento de inventario se dirigen hacia abajo en los próximos trimestres. Seguimos esperando un crecimiento del orden del 3% en 2013 y 2014, convirtiendo a Turquía en una de las economías emergentes con déficit cuyo pronóstico de crecimiento rebajamos por el encarecimiento del crédito y las rigideces en la economía nacional. Una serie de riesgos internos y regionales podrían deprimir el sentimiento sobre los activos turcos y los pronósticos de crecimiento, revirtiendo el último repunte.
Por Rachel Ziemba.