La producción industrial francesa ha sido muy inferior a lo que esperaba el consenso en julio (un -0,6% intermensual frente al 0,6% intermensual), a pesar de la mejora sostenida del sentimiento empresarial en los últimos meses. Francia ha vivido una discrepancia similar entre los indicadores de la confianza de las empresas y los hogares y la actividad económica real después de cada una de sus cuatro caídas, un patrón que sugiere que la economía no está lista para una oleada de crecimiento. Una explicación de la mejora del sentimiento este verano es que los hogares esperan ansiosos la interrupción de las subidas fiscales el año próximo, aunque eso podría exagerar el grado en que los consumidores están dispuestos a gastar más e implica que las empresas podrían ver un incremento menor de lo previsto en la demanda. Nuestro próximo "Outlook" sobre Francia destacará la fragilidad de la economía, que no da signos de recuperación autosostenida.
Por William Oman.