Con vistas a ganar cierto margen fiscal antes de las elecciones al parlamento en 2015, el gobierno de Polonia anunció hace una semana una reforma exhaustiva de las pensiones que transferirá el 51,5% de los activos del fondo de pensiones al estado. La medida forma parte de un impulso más amplio de aliviar la presión de las arcas del estado después del ensanchamiento del objetivo del déficit presupuestario de este año y la suspensión de la penalización fiscal pensada para mantener la deuda pública por debajo del 50% del PIB. Aunque la reforma del sistema de pensiones va a mejorar notablemente las finanzas del estado a corto plazo, una demografía en deterioro y el aumento de los gastos de pensiones facilitarán que la curva de rendimiento se vuelva más pronunciada a largo plazo. Mientras tanto, los mercados nacionales de capital menos líquidos aumentarán la importancia de los inversores foráneos para la deuda local, dejando a Polonia más expuesta a la volatilidad global en pleno miedo por la retirada del Fed.
Por Jelena Vukotic.