La coalición CDS-PP que gobierna en Portugal sigue sometida a los caprichos de la Comisión Europea y la troika: si bien el gobierno ha logrado suavizar las condiciones de sus programas de austeridad (como ponen de manifiesto las recientes sentencias del tribunal constitucional), se trata únicamente de una tapadera para mantener la relación de trabajo entre Lisboa y Bruselas. Portugal necesitará un segundo rescate, lo que probablemente tendrá lugar en otoño. Nuestra hipótesis de referencia para Portugal sigue siendo la misma, en la que no se celebrarán de nuevas elecciones, pero unas protestas violentas o la dimisión de mandatarios de alto nivel debido a nuevas medidas de austeridad podrían provocar la ruptura de la coalición. El escenario en el peor de los casos sería un colapso total de las relaciones entre Portugal y la Comisión Europea, lo que daría lugar a una venta masiva de bonos soberanos portugueses así como a un contagio al resto de la Eurozona, en particular Italia y España.
Por William Oman.