El banco central turco (CBT) elevó ayer el extremo más alto de su pasillo de tipos en 50 puntos, hasta el 7,75%, en una actuación inesperada pero que no ha sorprendido a nadie, dada la opinión agriada del mercado sobre las economías emergentes. Aunque a medio gas, la subida de tipos otorgará al CBT más flexibilidad en la contención de la debilidad del TRY, deteniendo el rápido crecimiento del crédito y evitando un deterioro adicional del déficit de cuenta corriente. Aun así, la medida no llega a ser un ajuste decisivo, puesto que la línea de operador primario sigue estando en el 6,75% en días normales, lo que refleja la reticencia del CBT a impedir la recuperación aumentando el coste de la liquidez de forma sostenida. Seguimos esperando que el CBT suba la tasa de préstamos a un día en otros 75 puntos antes de final del año. El hecho de que los rendimientos reales sigan estando muy por debajo de los bonos brasileños o indonesios eleva el riesgo de un ciclo de ajustes más agresivo.
Por Maya Senussi.
