La economía alemana crece y los rendimientos de los bunds también pero las repercusiones, en contra de lo que suele pensar, no van a ser positivas para la periferia. En primer lugar, las exportaciones a Alemania representan menos del 5% del PIB de Portugal, Italia, Grecia y España, por lo que el aumento de la demanda alemana tendrá efectos limitados en esos países. En segundo lugar, el crecimiento alemán podría alimentar la inflación, sobre todo teniendo en cuenta el mercado laboral, cada vez más ajustado, del país. Al tratarse del principal factor de la función de reacción del BCE, la tasa de inflación alemana le animará a ajustar con más rapidez mientras suba, con consecuencias negativas para el crecimiento periférico.
Christian Odendahl