El primer dato del PIB para el segundo trimestre se situó muy por debajo de las expectativas tanto de RGE como del consenso, con un 0,6% intertrimestral corregido estacionalmente. La atonía de la inversión privada supuso la mayor decepción (esperábamos un regreso al crecimiento positivo en los datos de la encuesta y un fuerte descenso del coste real del capital en 2013), mientras que el PIB del primer trimestre sufrió una ligera revisión a la baja hasta quedar en el 0,9% intertrimestral. Una nueva desaceleración del impulso podría augurar que el cambio de la política del Banco de Japón tuviese lugar antes de lo esperado, así como demoras o modificaciones de la consolidación fiscal y la subida del impuesto sobre el consumo. Con todo, siguen existiendo muchas señales positivas de cara al segundo semestre: en el segundo trimestre, la confianza de las empresas aumentó, el crecimiento real de las exportaciones fue sólidamente atractivo y la remuneración real de los trabajadores registró un fuerte incremento, aunque todavía no observamos el tipo de crecimiento de los ingresos nominales necesario para crear un círculo virtuoso.
Por Michael Manetta