Los responsables políticos de la eurozona han repetido insistentemente que Grecia está "en el buen camino", pero el FMI ha puesto de manifiesto la tensión existente dentro de la troika al predecir que será necesario tomar decisiones difíciles en lo referente a la financiación a corto plazo y la sostenibilidad a largo plazo, identificando un déficit de 11.000 millones de euros ? muy por encima de la estimación de la Unión Europea de menos de 4.000 millones de euros. La UE puede fingir que la diferencia es pequeña, repartir fondos sobrantes destinados a recapitalizaciones bancarias y hacer que los bancos nacionales compren más letras del Tesoro: no importa cuáles sean las actuaciones del FMI, Grecia se verá obligada a recurrir a nuevos préstamos de emergencia, vender activos, acumular atrasos, o hacer frente a una crisis de liquidez. O la UE podría admitir una diferencia mayor y liberar fondos del FMI, lo que probablemente requeriría una nueva reestructuración de la deuda. Independientemente del escenario, la estabilidad política podría no durar mucho más tiempo.
Por David Nowakowski
