Los datos de la inflación del IPCA de Brasil en julio indican una desaceleración del 6,27% interanual, frente al 6,70% en junio (por debajo de nuestro pronóstico del 6,35%), de acuerdo con las expectativas de un descenso en la segunda mitad de año y afectado por una corrección única en los costes del transporte y la caída prevista de los precios de los alimentos. Los precios regulados siguen mostrando una tendencia desinflacionaria debido a la caída de los costes del transporte, mientras el gobierno continúa evitando reajustar los precios bajo su control. Los problemas estructurales todavía suponen amenazas para la inflación, incluso si una subida más lenta de los precios de los alimentos pudiera ofrecer cierto alivio. Mantenemos nuestro pronóstico de una inflación del 6% a finales de año.
Por Joao Pedro Ribeiro.