En un contexto postelectoral de confianza mejorada, los costes más bajos de los préstamos reforzarán el consumo y la inversión, impulsando la recuperación de la economía keniata, ayudada también por el estímulo fiscal y una climatología benigna. La exploración de recursos apoyará a los intereses comerciales y la IDE, a la vez que anima a las importaciones de bienes de capital y eso pesará en el balance comercial ante una demanda externa todavía débil. La huida de capitales supone un riesgo para un chelín (KES) bastante estable y, con ello, para la inflación, aunque los precios internacionales más blandos de las materias primas deberían contener los precios. El incierto apetito inversor podría desanimar de nuevo a Kenia de emitir el eurobono de debut. Nuestros pronósticos se sitúan levemente por debajo del consenso, ya que seguimos siendo escépticos de la capacidad del gobierno para cumplir con sus objetivos de gasto de capital.
Por Maya Senussi y José Luengo-Cabrera.