El crecimiento decepcionante en la primera mitad y las señales de una mejoría apenas limitada en la segunda nos llevan a rebajar nuestro pronóstico de crecimiento en 2013 para la Europa emergente, del 3,0% interanual al 2,2%. Hemos revisado a la baja el crecimiento de Polonia, la República Checa y Rusia (bruscamente para esta última). Las economías europeas emergentes se las han visto y deseado para convertir las recientes condiciones de facilitación financiera en un crecimiento más fuerte. Mientras, el débil crecimiento ha evaporado las presiones inflacionarias (menos en Turquía), una tendencia que debería continuar. Las elecciones en Turquía, Hungría y la República Checa el año que viene podrían socavar la aplicación de las políticas y la inversión.
Por Rachel Ziemba, Jelena Vukotic, Peter Jones e Ibrahim Gassambe.