Nuestra opinión con respecto a Australia sigue siendo pesimista a medio plazo, ya que China se verá obligada a abandonar su fuerte inversión en materias primas, al tiempo que la economía australiana únicamente experimentará un reequilibrio gradual alejándose de la minería. Los datos positivos del primer trimestre contradecían el empeoramiento de las condiciones del mercado laboral y la debilidad de las perspectivas empresariales. La presión de la inflación subyacente sigue siendo baja, lo que permite al Banco de la Reserva de Australia tomar una postura más proactiva, tras aprender de los errores del año pasado. Si bien la recesión sigue siendo un riesgo con escasas probabilidades, es posible que las limitaciones políticas y económicas impidan el apoyo necesario para evitar que el crecimiento se siga desacelerando.
Por Michael Manetta, Jennifer Kapila e Ibrahim Gassambe.