La contracción con caída doble de España muestra escasos signos de estar atenuándose, y tras la conmoción mundial inicial sólo se ha producido una débil recuperación. Tras una década de fiesta (el PIB creció un 84% entre 1999 y 2007), lo que está provocando la miseria es una tóxica mezcla de deuda (algo así como una resaca), austeridad y la inflexibilidad de la moneda única, siendo estos últimos problemas crónicos. Tras la quiebra de Grecia, España se vio obligada a recortar fuertemente el gasto y aumentar los impuestos, entrando en un ciclo de reducción del PIB y necesitando todavía más austeridad para alcanzar unos objetivos de deuda y déficit que se alejan cada vez más. ¿Se atreverá Europa a admitir que el plan A (la austeridad) ha fracasado, y ofrecerá a la economía española la ayuda que necesita? No mientras el país siga formando parte de la Eurozona. Abandonar la unión monetaria probablemente sería desastroso a corto plazo, pero a largo plazo una devaluación solucionaría los problemas macroeconómicos de España.
Por Nouriel Roubini y David Nowakowski.