La confianza en algunos sectores de la economía griega ha aumentado más rápido de lo que preveíamos (en términos generales, la confianza se sigue contrayendo), los bancos pueden acceder a financiación en los mercados de capital y el descenso del crédito al sector privado se está desacelerando, lo que nos lleva a revisar al alza nuestra previsión de crecimiento. No obstante, Grecia permanecerá sumida en una recesión durante los años 2014-15, y posteriormente seguirá embarcada en un lento ajuste. Mantenemos que la depresión se está retroalimentando y que está provocando una reducción del PIB potencial a medio plazo. Aunque la amenaza de colapso y salida de la Eurozona ha disminuido significativamente durante los últimos seis meses, la economía griega atravesará una recesión constante, con pocas perspectivas de crecimiento significativo hasta el año 2017. El principal motivo es que el ajuste dentro de una unión monetaria (sin una devaluación de la moneda) lleva más tiempo del que la opinión del consenso parece reconocer.
Por Christian Odendahl y William Oman.