El presupuesto post-electoral bastante austero israelí, aprobado este mes, ofrece espacio para la facilitación monetaria y pretende controlar el déficit. Esperamos que la economía israelí se amplíe justo por debajo del potencial, un 2,5-6% en 2013, sin contar el gas natural (que añadirá otro punto porcentual). El presupuesto empañará la demanda interna y en especial el consumo, y posiblemente exacerbe las divisiones sociales en el país. La rápida aprobación de la ley subraya el deseo del gobierno de avanzar en temas económicos y poder centrarse en los asuntos sociales y de seguridad. En neto será desinflacionario y exacerbará el efecto de una demanda global floja. Las exportaciones de tecnología punta en particular son débiles frente a la recesión de Asia, aunque Israel debería beneficiarse de la resistencia de EEUU. Esperamos que la inflación aumente sólo gradualmente en la segunda mitad, con una media del 1,5% en 2013 y justo por encima del 2% en 2014. Nótese que la facilitación G4 no ha acabado ni mucho menos, lo que ejerce presiones sobre el shékel.
Por Rachel Ziemba.
