Se ha producido una venta masiva de bonos del estado japonés (JGB), con el aumento del rendimiento de los JGB a diez años en más de un 100% respecto a sus mínimos de hace sólo un mes. Hay que tener en cuenta, de todos modos, que la tendencia de los rendimientos de JGB es ridículamente minúscula frente al panorama completo y forma parte de la corrección de unos rendimientos anormalmente bajos en 2012. Además, los rendimientos reales van en declive, por lo que la carga de la deuda se vuelve más sostenible (no menos), aunque eso implique que la carga de deuda más monstruosa del mundo se monetarice en parte. Pese a que no llega aún al 2%, las expectaciones de la inflación progresan, lo que demuestra que los mercados valoran el éxito de la abenómica. El movimiento de JGB ha sido abrupto, aunque en las últimas semanas otros mercados de bonos también han vendido con la mejora del hambre del riesgo y el buen rendimiento de los mercados bursátiles. Las permutas de impago crediticio (CDS) de Japón también han bajado últimamente. La señal obvia de los mercados es que Japón es seguro y los planes de reflación de Kuroda y Abe van por buen camino.
Por David Nowakowski.