El crecimiento del PIB del primer trimestre en el Reino Unido supuso una sorpresa al alza (0,3 intertrimestral y 0,6% interanual), con un incremento moderado de la producción industrial y una sorpresa positiva a cargo del transporte y las comunicaciones, que ayudó a que la economía evitase la tan temida recesión de "triple caída". Esta mejora representa un mero repunte en el zigzag alrededor de cero, aunque es algo más probable que en el segundo trimestre se registre un crecimiento positivo. Las posibilidades de un aumento de la flexibilización cuantitativa antes de que Mark Carney se haga cargo de la dirección del Banco de Inglaterra se han reducido ligeramente, a pesar de los recientes comentarios de tono más moderado por parte de un miembro tradicionalmente agresivo como Martin Weale, dado que Ian McCafferty últimamente se ha mostrado más agresivo que centrista. Seguimos lejos de la "velocidad de escape", y Carney probablemente siga teniendo trabajo por delante a partir de julio en términos de relajación monetaria, probablemente haciendo uso de una orientación "agresiva" de cara al futuro. La libra esterlina está imparable, y sigue cuestionando nuestra previsión acerca de un descenso del tipo de cambio con respecto al euro (hasta 1,13) y el dólar estadounidense (hasta 1,42).
Por Brunello Rosa.
