El cometido "actualizado" del Banco de Inglaterra (BoE) le permitirá introducir orientación de futura en su postura sobre política monetaria, lo que aplana el extremo más corto de la curva "como la palma de la mano" y la vuelve convexa, mucho más de lo que son capaces los recortes de tipo por sí solos, ofreciendo así un mayor efecto y ayudando a los rendimientos menores a largo plazo. El informe de la inflación de agosto concretará las variables reales que elegirá el BoE de referencia, si es que introduce la orientación de futuro. Es probable que se escoja alguna medición de capacidad sobrante, pese a las dificultades para medir conceptos tan elusivos como el crecimiento potencial o la brecha de producción. Para que la nueva ronda de acomodación política sea efectiva, el BoE deberá sorprender al mercado al alza, estableciendo unos umbrales intermedios "ambiciosos". El BoE se ha mostrado reacio a rebajar el tipo bancario por debajo de los 50 puntos pero con la orientación de futuro la balanza del argumento se podría desviar.
Por Brunello Rosa.