A finales de la semana pasada, los representantes comerciales de EE.UU. y Japón acordaron negociar el ingreso de Japón en el pacto comercial de colaboración transpacífica (TPP), eliminando varios elementos conflictivos importantes entre los dos países (sobre todo el dominio de la empresa nacional japonesa Post Insurance sobre el mercado interno de seguros y las barreras comerciales al sector automovilístico, incluidas las no tarifarias). El primer ministro Shinzo Abe está dispuesto a asegurarse un sitio en la mesa de TPP para mantener el impulso y reforzar los vínculos con EE.UU. Dadas las amenazas procedentes de Corea del Norte y la mayor inseguridad que Japón percibe en la región respecto a China, fortalecer los lazos EE.UU.-Japón es vital para la agenda de seguridad nacional de Abe. Además, cuanto antes se integre Japón en un acuerdo de libre comercio con Japón, antes podrán los productores de GNL estadounidenses obtener permisos de exportación a ese país. El ingreso de Japón en TPP coloca presiones sobre China y Corea del Sur para negociar acuerdos de libre comercio con Japón o se quedarán fuera de un mercado amplio, rico y cada vez más liberalizado en la región.
Por Michael Manetta