Los descubrimientos de gas de esquisto han convertido al gas natural en una posible fuente de electricidad y combustible para el transporte barata y abundante en todo el mundo, así como una alternativa más limpia al carbón y al petróleo. EEUU y Canadá son los países mejor situados para exportar cantidades significativas de gas natural licuado (GNL) a los centros de crecimiento de la demanda, concretamente Asia y, a largo plazo, Europa. En la actualidad, el número de proyectos de GNL a nivel mundial es superior a la demanda de GNL prevista. Por lo tanto, es probable que los proyectos que requieren una mayor inversión, muchos de los cuales se localizan fuera de Norteamérica, no lleguen a buen término. Las exportaciones de gas natural barato desde Norteamérica pueden reducir los precios del gas asiático de 16 dólares/MMBtu a menos de 10 dólares, pero esto tardará como mínimo entre tres y cinco años, dados los calendarios y los obstáculos tanto en lo que respecta a la construcción como en materia de regulación. No obstante, las previsiones sobre el tamaño de las reservas y las tasas de agotamiento de los depósitos son inciertas: los estudios iniciales se basan en formaciones geológicas y no en sondeos perforados.
Por Gary Clark.
