La canciller alemana Angela Merkel es extraordinariamente popular y ha jugado bien sus cartas pero la coalición que lidera no goza de demasiada popularidad y se sitúa muy por debajo de las otras dos opciones en las últimas encuestas de opinión. Una es la "gran coalición" de su partido demócrata-cristiano (CDU/CSU) y el principal partido de centro-izquierda, el Partido Socialista Democrático (SPD), y la otra es la coalición "rojiverde" del SPD y los verdes. La situación refleja el hecho de que la Eurozona no es el asunto principal de la campaña; los problemas domésticos como la desigualdad de los ingresos y la riqueza, el coste de la vivienda y el matrimonio homosexual son más importantes, y aquí es donde el SPD y los verdes son tradicionalmente fuertes. Un resultado de gran coalición implicaría un ligero ablandamiento de la postura alemana sobre la austeridad, aunque sin grandes cambios en el enfoque general ad hoc de asegurar la estabilidad económica básica (para Alemania por lo menos), mientras que las reformas y los ajustes se dejan en gran medida a cada estado miembro. Como se ha visto en Chipre, la postura de los bancos se volverá más estricta como poco.
Por Christian Odendahl.