Aunque los hogares británicos se han desapalancando bastante, su apalancamiento sigue siendo relativamente alto. Pero lo que nos preocupan son los sectores empresarial y financiero: aunque las emisiones netas por parte del sector empresarial no financiero (NFN) mantienen su tendencia ascendente, los préstamos bancarios al sector empresarial privado no financiero se siguen contrayendo, aunque a un menor ritmo. La tasa de morosidad se ha incrementado en todos los tamaños de empresas, a lo que hay que sumar un descenso de la demanda de las pequeñas y grandes entidades, lo que sugiere que la utilidad de conceder más créditos y más baratos a las pequeñas y medianas empresas es limitada. Al mismo tiempo, los diferenciales siguen siendo elevados con respecto a los niveles anteriores a la crisis. En el sector financiero, prevemos una reducción del margen de mejora para las multinacionales más sólidas con exposición a los mercados emergentes, y un posible estancamiento de la calidad crediticia de los activos nacionales. Es necesario un desapalancamiento significativo del sector financiero, al tiempo que se cierne una posible crisis existencial en torno a la aplicación de las normativas europeas en el Reino Unido y la pertenencia del país a la Unión Europea.
Por Jennifer Kapila.