La subida de Fitch el 7 de marzo de la calificación de divisas de Uruguay, de BB+ al grado inferior de inversión (IG) BBB-, concuerda con la consolidada opinión positiva de RGE sobre el país. Desde 2010, la herramienta analítica cuantitativa por países (QCA) de RGE ha señalado que la solidez de las instituciones económicas uruguayas garantizaba una calificación IG, dada su capacidad para ajustarse deprisa y recuperarse de los golpes externos, y pasar a un crecimiento económico a largo plazo. El índice de riesgo soberano QCA ha venido señalando a Uruguay por estar infravalorado a partir de los fundamentos macro desde hace dos años. La resistencia uruguaya se mejora por sus notables reservas de divisas y sector de exportaciones diversificado, disminuyendo el riesgo asociado a una recesión en Argentina u otro socio comercial. Dicho eso, el balance de cuenta corriente aún tiene que mejorar pese al aumento en inversión extranjera directa, que por lo menos ha conllevado una mejor calidad de financiación. Uruguay debe aumentar la oferta de crédito al sector privado y abordar la inflación alta.
Por Paulina Argudin.