Ayer el florín cruzó el umbral psicológico de 300 por euro, cuando el nuevo gobernador del banco central (MNB), Gyorgy Matolcsy, actuó rápidamente para reforzar su control sobre la institución. La caída de la moneda coincide totalmente con nuestra antigua opinión de que el cambio de liderazgo en el MNB se sumaría a la incertidumbre política y traería problemas a los activos húngaros. En sus primeros días al frente del MNB, Matolcsy ha frenado los poderes de dos subgobernadores, que se consideran voces independientes y solitarias, en un consejo monetario lleno de miembros nombrados por el partido gobernante. También ha ampliado las responsabilidades del nuevo tercer vicegobernador, Adam Balog, incluida la política monetaria, estabilidad financiera y refuerzo de los créditos, lo que se suma a la especulación de que una de las primeras medidas de Matolcsy irá dirigida a canalizar la financiación barata hacia el sector bancario, en un esfuerzo por aligerar la grave crisis de los créditos. La presión de más medidas políticas de impulso del crecimiento se intensificará a medida que se acerquen las elecciones de abril de 2014, manteniendo el florín muy por encima del umbral de 300 por euro en la última parte del año.
Por Jelena Vukotic.
