No podría haber un momento peor que ahora para un conflicto territorial para el primer ministro malasio Najib Tun Razak, con las elecciones a la vuelta de la esquina. La disputa con un grupo de militantes de Filipinas ha escalado en los últimos días, cuando 200 personas se introdujeron en el estado de Sabah, en Malasia, y reclamaron la tierra basándose en un antiguo acuerdo. Malasia se ha puesto a la defensiva con morteros, aviones de caza y cientos de tropas, en una escalada del punto muerto. Sabah es la sede rica en recursos de la producción nacional de aceite de palma, que se ha visto interrumpida, aunque es demasiado pronto para saber hasta qué punto se va a ver afectada la producción. El sentimiento negativo ha afectado al ringgit malasio, que ha sido una de las monedas con peor rendimiento en la región. Sabah es, por tradición, plaza fuerte del partido Barison Nasional (BN) en el gobierno pero si las tensiones escalan y el gobierno no gestiona la situación como es debido, Najib podría ver más deserciones en las próximas semanas y eso podría costarle los comicios al BN.
Por Ayoti Mittra.