El techo de la UE a las bonificaciones de los banqueros, fijado en el 100% de su salario (hasta el 200% para los accionistas), contraviene el tratado de la UE, visto de frente. El ministro de economía británico, George Osborne, ha tomado postura contra el plan y podría invocar el Compromiso de Luxemburgo para proteger a la city o someter la legislación al consejo de ministros bajo una disposición de freno de emergencia. Aun así, casi todos los observadores coinciden en que esta ley, que no consigue reformar la paga ni limitar el salario total, será fácil de circunvenir y es más fastidiosa que útil. Tal vez de eso se trate. Independientemente de que la regulación se esquive o no con salarios más altos y otros ardides, o acabe siendo bloqueada, el motivo de la medida podría ser simplemente desatar la ira popular contra los malvados financieros, además de una bonita forma de atacar al Reino Unido por haberse opuesto a los esfuerzos de supervisión bancaria a escala de la UE y proponer un referendo sobre la permanencia en la UE dentro de cuatro años.
Por David Nowakowski.
