En plena recuperación económica floja en el Reino Unido, seguimos defendiendo una cooperación todavía más estrecha entre el Tesoro y el Banco de Inglaterra con sus nuevos poderes. La política monetaria debe desempeñar un papel en la gestión de varias restricciones a la demanda agregada. El gobernador entrante del BoE, Mark Carney, ha defendido las virtudes del régimen flexible de metas de inflación (FIT) para poder desplegar la cantidad necesaria de relajación monetaria. Sería un punto medio entre la actual meta de inflación "pura" o "restringida" y el PIB nominal. Un sistema de umbrales contingentes estatales, basado en variables reales, podría volver operacional el FIT de Carney, aunque haría falta enmendar las competencias del BoE antes de poder implementarlo. Aun así, la política monetaria sola no puede compensar del todo las restricciones de la demanda en un contexto de desapalancamiento fiscal, financiero y de los hogares.
Por Brunello Rosa.