El gabinete de ministros de Bulgaria, dirigido por el partido de centro-derecha GERB, dimitió ayer del cargo ante las crecientes protestas contra la subida del precio de la electricidad, la corrupción y el bajo nivel de vida. El presidente Rosen Plevneliev tratará de formar un gobierno interino que dirija el país hasta las elecciones parlamentarias, probablemente en primavera. La dimisión forma parte del esfuerzo del partido en el gobierno de apuntalar el desmoronamiento de su apoyo antes de una votación. Aunque los socialistas han recortado el liderato del GERB en las encuestas, la composición del futuro gobierno es muy incierta, ya que cerca de un tercio de los votantes no está decidido o piensa abstenerse. Independientemente del resultado de los comicios, creemos que el próximo gobierno tratará de aflojar la garra de la austeridad y centrarse en medidas pro-crecimiento. Aun así, una mayor erosión de las reservas fiscales búlgaras dejará al país expuesto a los golpes externos y podría erosionar potencialmente la confianza de los inversores.
Por Jelena Vukotic.
