La inusual intervención oficial estadounidense a cargo del secretario de estado adjunto Philip Gordon en la que se apoyaba la pertenencia del Reino Unido a la UE se produce en medio de un fuerte debate político acerca de la posible salida del país de la Unión Europa. Las tensiones entre el Reino Unido y la UE están experimentando un aumento en el periodo previo al crucial discurso que pronunciará el primer ministro David Cameron acerca de la relación entre ambos. Dicho aumento de las tensiones está provocado por los esfuerzos de la Eurozona para solucionar los fallos de diseño a través de una mayor integración, lo cual podría ir en detrimento de los intereses del Reino Unido. La administración Obama, fortalecida por la reelección, está realizando movimientos para reafirmar su liderazgo global. Las consecuencias geopolíticas, económicas y financieras de la denominada "Brexit" (salida del Reino Unido de la UE) serían sumamente perjudiciales, y afectarían negativamente a la cohesión de los países occidentales y agravarían la inestabilidad y la incertidumbre a nivel global. La intervención estadounidense reduce este riesgo de evento extremo al debilitar a los euroescépticos atlanticistas del Reino Unido, quienes consideran a la relación especial entre el Reino Unido y los Estados Unidos como un sustituto de la pertenencia a la UE, en lugar de un complemento de la misma.
Por Arnab Das.