Ya son tres los problemas fiscales que es necesario abordar antes de finales de febrero: la prórroga aplazada (que representa unos 80.000 millones en austeridad en 2013), el límite de deuda de EEUU (alcanzado el 31 de diciembre de 2012) y el vencimiento el 27 de marzo de una resolución continua que financia las operaciones del gobierno. Los demócratas defenderán que el acuerdo de enero fue un anticipo de incrementos adicionales de los ingresos, mientras que los republicanos sostendrán que la próxima ronda de reducción del déficit debe producirse mediante recortes del gasto, incluidos los derechos. En nuestro escenario base, el congreso eliminará la prórroga, acordando en su lugar recortes menores del gasto y aumentando el techo de la deuda hasta principios de otoño, dando tiempo para negociar una reducción exhaustiva del déficit a medio plazo, con los ingresos y gastos sobe la mesa. Creemos que los mercados ignorarán casi todo el dramatismo sobre el techo de la deuda.
Por Nouriel Roubini, Prajakta Bhide y David Nowakowski.