El crecimiento asiático será básicamente estable en 2013, con las economías globales beta alta beneficiándose de la reducción de los riesgos de cola globales. El fracaso del modelo de crecimiento chino repercutirá en toda Asia a medida que nos acerquemos a 2014. Esperamos que casi todos los bancos centrales se guarden la pólvora al menos hasta finales de 2013, ya que la inflación es probable que siga enmudecida. La política fiscal seguirá siendo relativamente laxa en muchas economías, mientras los gobiernos se aprovechan del capital barato para compensar los efectos de un crecimiento global todavía débil. Con la excepción de INR, IDR y JPY, la mayoría de las monedas de la región podrían recibir cierto apoyo durante 2013 cuando mejoren las condiciones globales, aunque la recesión china revertirá esa tendencia, afectando a todas salvo al JPY, que responderá positivamente a los flujos en busca de refugio.
Por Michael Manetta, Adam Wolfe, Natalia Gurushina e Ibrahim Gassambe.