Los principales operadores japoneses han dado la voz de alarma de que Japón se dirige hacia su propio precipicio fiscal y que los titulares de bonos japoneses podrían estar en peligro, debido al actual enfrentamiento entre el Partido Democrático de Japón y el Partido Liberal Democrático con respecto a la paralización de la ley de financiación que debe ser aprobada por las dos cámaras de la Dieta antes de que el gobierno pueda realizar nuevas emisiones de deuda. Calculamos que el gobierno central alcanzará aproximadamente el 68% del presupuesto de sus cuentas generales a finales de noviembre, fecha en la que el ministro de finanzas ha advertido que se quedará sin dinero. Incluso suponiendo que no se produzcan nuevas emisiones de bonos entre finales de septiembre y finales de noviembre, existen suficientes ingresos por deuda como para cubrir el déficit de 17 billones de JPY, y hay otros 12 billones de JPY disponibles para cubrir los gastos durante uno o dos meses más. En el balance consolidado del gobierno se ocultan superávits y otras ?reservas?: resulta inimaginable un escenario en el que el gobierno no pudiese encontrar la forma de acceder a estos superávits y cubrir sus compromisos, especialmente el pago de sus bonos, durante los próximos meses: minimizamos la importancia de los riesgos para la capacidad del gobierno central de hacer frente a sus obligaciones.
Por Michael Manetta.