A pesar de las subidas impositivas incluidas en el reciente paquete fiscal, cuyo efecto sólo se podrá percibir en 2013, creemos que Turquía no logrará alcanzar el objetivo inicial del 1,5% del PIB para el déficit presupuestario por una diferencia mayor de lo que cree el gobierno (en la actualidad prevé un déficit de hasta un 2,5%). Las medidas gubernamentales, entre las que se incluyen impuestos especiales al consumo, deberían ampliar la base impositiva y añadir aproximadamente entre 8.500 y 9.000 millones de TRY (5.000 millones de dólares) anuales a las arcas turcas. Se espera que el ministerio introduzca nuevas medidas el 17 de octubre, una fecha cercana a la del presupuesto de 2013 el cual no sólo debería reducir los enormes gastos primarios (especialmente las transferencias) sino también aumentar los ingresos. La reducción del crédito sin poner en riesgo el crecimiento futuro ni agravar los desequilibrios exigirá un cambio fundamental en el gasto y cambios estructurales generales, lo que mejorará el riesgo soberano de Turquía y convertirá al país en un destino más atractivo para la inversión estable a largo plazo.
Por Maya Senussi.