Tal como esperábamos, las ventas de viviendas nuevas se redujeron en agosto, aunque el descenso registrado (del 0,3% intermensual, alcanzando la cifra de 372.000) se situó por debajo del 1% que esperábamos (el consenso esperaba una subida intermensual de 380.000). Creemos que este hecho tiene algo que ver con la dinámica del mercado de reventa: en nuestra opinión, el aumento del inventario de viviendas en el mercado de reventa en agosto indica que los vendedores que se encuentran a la espera de un aumento de la demanda, y de que el descenso de los precios se detenga, entrarán gradualmente en el mercado de reventa, lo que supondrá una cierta competencia para el mercado de nuevas viviendas. Además, si los bajos porcentajes de transacciones aumentan en el mercado de reventa, el mercado de nuevas viviendas se verá abocado a un empeoramiento de sus resultados. En promedio, las ventas de viviendas durante el tercer trimestre contribuirán positivamente a la inversión residencial dentro del PIB. La continuación de la mejora de la demanda de vivienda depende de la evolución del mercado laboral en función de factores macroeconómicos (entre ellos la incertidumbre económica y las actuaciones de la Reserva Federal).
