Alentados por las medidas de estímulo en EEUU y la Eurozona, los bancos centrales de Europa oriental están adoptando una política monetaria más acomodaticia, que busca iniciar o ampliar sus ciclos de flexibilización con el fin de ayudar a sus decadentes economías. Esperamos que en las reuniones para la fijación de los tipos de interés que se celebrarán la próxima semana en Hungría y la República Checa se rebajen los tipos de interés de intervención oficiales hasta el 6,5% y el 0,25%, respectivamente, mientras que el banco central de Polonia probablemente reducirá su tipo de interés de intervención hasta el 4,5% el próximo 4 de octubre. El programa de transacciones monetarias directas del BCE, junto con las medidas de estímulo introducidas en otros mercados desarrollados, permitirán a los responsables políticos iniciar una flexibilización monetaria más agresiva, reduciendo al mismo tiempo el ritmo de la consolidación fiscal. Los anuncios han dado lugar a una recuperación en los mercados en divisas locales y han ejercido una presión a la baja sobre los rendimientos de los bonos. El fortalecimiento de las divisas debería ayudar en la esperada desinflación.
Por Jelena Vukotic.