Tras el limitado impacto de los problemas exteriores en el primer semestre, los resultados del segundo semestre para la región serán más débiles, debido a la confluencia de diversos riesgos a la baja a finales de 2012 y comienzos de 2013. Como resultado de ello el crecimiento se ralentizará, ya que la que debilidad de la dinámica global coincide con la desaceleración de la demanda interior. Los responsables políticos deberán mostrarse más activos a medio plazo para compensar los efectos negativos procedentes de la Eurozona, China y EEUU: esperamos una flexibilización monetaria generalizada a comienzos de 2013 y el uso de estímulos fiscales en caso necesario, mientras que las reformas estructurales adquieren una mayor relevancia. Durante los próximos 12 meses, el contexto macroeconómico para la renta variable latinoamericana parece complicado, ya que a la debilidad exterior se une la tibia situación a nivel interno, aunque las actuaciones políticas podrían compensar hasta cierto punto este hecho. A corto plazo, la actual flexibilización por parte de los bancos centrales de todo el mundo pretende prestar apoyo a los mercados de riesgo hasta finales de año.
Por Juan Lorenzo Maldonado e Ibrahim Gassambe.