Esperamos que los precios de la gasolina tiendan a bajar moderadamente junto con los precios del petróleo crudo a medida que nos adentremos en el segundo trimestre de 2013, ya que el debilitamiento del crecimiento estadounidense y la limitación del gasto y la confianza de los consumidores supondrán un freno para la demanda: las tensiones con Irán constituyen un riesgo al alza para este escenario. Es poco probable que en esta etapa liberen las reservas estratégicas de petróleo, algo para lo que haría falta un revés en términos de la oferta: una interrupción prolongada del suministro en Irán o una reducción de la producción por parte de la OPEP. El traslado a los precios de la gasolina podría ser tardío, moderado (debido a los bajos niveles de inventario de la gasolina) y temporal (dado que no solucionaría los motivos de los elevados precios del petróleo). Por el momento se ha logrado evitar el cierre de varias refinerías de la Costa Este gracias a las introducción de soluciones innovadoras, pero la falta de infraestructuras en Cushing asegura que las refinerías dependientes del crudo vinculado al Brent seguirán estando amenazadas de cierre en el futuro.
Por Gary Clark
