La recesión italiana continúa siendo agravada por un fuerte descenso de la demanda interior, especialmente de las actividades de inversión. La austeridad fiscal, el aumento del desempleo y la crisis de la Eurozona están afectando negativamente a la confianza tanto de los consumidores como de las empresas, y la perspectiva para la economía italiana sigue siendo extremadamente difícil a lo largo del horizonte de previsión: esperamos que el PIB se contraiga hasta el año 2013 (con un crecimiento del -2,4% interanual en 2012) y probablemente después de esa fecha. Nuestra hipótesis de base contempla que Italia acompañe a España y solicite ayuda financiera exterior a través de una combinación de intervenciones en el mercado primario por parte del FEEF/MEDE y en el mercado secundario por parte del BCE en el primer semestre de 2013. Un rescate puede ayudar a que algunos de los tenedores de bonos con vencimientos a corto plazo sean reembolsados a la par, pero existe la amenaza de que los bonos se sometan a una reestructuración y los rendimientos serán casi dos veces superiores a los actuales.
Por Mark Willis, David Nowakowski y Jennifer Kapila.
