En términos generales, Bernanke realizó un discurso poco agresivo: si bien no reveló ni se comprometió a realizar actuaciones en el futuro, apeló a la toma rápida de medidas y eliminó muchas de las objeciones existentes a la realización de nuevas actuaciones. Trató de desacreditar cuatro argumentos contra las políticas heterodoxas: el riesgo de que las compras de activos a gran escala afecten al funcionamiento de los mercados de valores, el riesgo de que ampliaciones importantes del balance reduzcan la confianza de los ciudadanos en la Reserva Federal, los riesgos para la seguridad financiera y la posibilidad de que la Reserva Federal incurra en pérdidas financieras en caso de que los tipos de interés aumenten debido a un impacto. La conclusión de Bernanke es una evaluación pesimista de los enormes desafíos a los que se enfrenta la economía y una horrible desfiguración a través de un desempleo masivo a medio plazo, destacando especialmente la debilidad del mercado de la vivienda, la contracción fiscal a niveles estatal, local y federal, las tensiones en los mercados crediticios y financieros y la crisis de la Eurozona.
Por David Nowakowski.