Los precios al consumo se han reducido sorprendentemente en las últimas fechas. Esta tendencia desinflacionista generalizada sugiere que la desaceleración a nivel mundial y la debilidad de la demanda relacionada con la primavera árabe han tenido un efecto deflacionista mayor del que habíamos previsto. Estamos rebajando nuestras ya moderadas previsiones para la inflación regional en 2012 y 2013, y únicamente observamos la existencia presiones apreciables en Arabia Saudí, Túnez, Jordania e Irak. La posible devaluación brusca de la moneda en Egipto sigue siendo un importante riesgo al alza para las presiones sobre los precios, aunque la hipótesis de base de RGE es un depreciación más gradual, lo que haría que se mantuviera una inclinación deflacionista. Esta tendencia desinflacionista permite a los bancos centrales de la región seguir prestando apoyo a los bancos locales, que en algunos casos están actuando como salvavidas de los gobiernos nacionales.
Por Rachel Ziemba.