Aunque los tipos de interés han seguido dando muestras de debilidad, la rebaja de las expectativas desde finales de junio ha reducido la diferencia entre los resultados y los deseos del mercado. Los responsables políticos han marcado un aumento del estímulos y una desaceleración de la austeridad, al tiempo que han prometido hacer todo lo necesario (dentro de unos límites, ya que el fondo de rescate de la Eurozona se mantiene a la espera) para evitar los riesgos de eventos extremos y tomar medidas en materia de política monetaria: el BCE ha reducido los tipos de interés a cero, el Banco de Inglaterra ha añadido dos nuevos programas de aumento de la liquidez y la Reserva Federal ha ampliado su programa de ampliación del vencimiento/Operation Twist. En respuesta a ello, los bonos de la Europa periférica han contenido sus pronunciadas pérdidas, las curvas de rendimientos del G4 se han recuperado de sus niveles mínimos y los mercados bursátiles han recobrado gran parte de sus pérdidas de primavera y verano, aunque los rendimientos suizos continúan en territorio negativo, una de las muchas señales de que los riesgos todavía no han amainado.
Por David Nowakowski.