Por primera vez desde finales del pasado año, esta semana se hizo alusión a la idea de la compra de activos en moneda extranjera por parte del Banco de Japón. Si el Banco de Japón se toma en serio su compromiso de alcanzar un objetivo de inflación del 1%, la inclusión de la compra de activos en moneda extranjera tiene sentido. Dicho esto, creemos que este tipo de política no se contemplará hasta comienzos del año que viene. El cambio a una política relativamente radical en este momento invalidaría lo que el Banco de Japón ha venido declarando públicamente a lo largo de las últimas semanas: que la actual política es adecuada para la trayectoria de la recuperación. Un cambio brusco también sugeriría que la previsión del Banco de Japón de una inflación subyacente del 0,7% para 2013 es excesivamente optimista (lo cual es cierto). Sólo un nuevo agravamiento de los mercados (como una rápida escalada de la crisis de la eurozona) ofrecería a la junta del Banco de Japón el impulso necesario para cambiar de táctica.
Por Michael Manetta