La decisión tomada el pasado 12 de julio por Moody?s de rebajar la calificación crediticia de la deuda soberana italiana de A3 a Baa2, manteniendo la perspectiva negativa, ha vuelto a poner de manifiesto los grandes retos a los que se enfrenta la segunda mayor economía de la Eurozona. RGE prevé que la economía se contraiga al menos un 2,2% en 2012, debido en gran parte a la austeridad fiscal anticipada, haciendo prácticamente imposible que el gobierno italiano cumpla su objetivo de déficit presupuestario para este año del 1,7%. Probablemente también vuelva a aparecer la inestabilidad política en torno a las elecciones nacionales que se celebrarán en abril de 2013. Es posible que, junto con la crisis de la Eurozona, los factores internos continúen ejerciendo una presión alcista sobre los costes de financiación italianos, pudiendo acelerar el proceso de pérdida de acceso al mercado de la deuda soberana.
Por Mark Willis.